jueves, 17 de julio de 2008
Piensa verde... actúa verde
lunes, 14 de julio de 2008
viernes, 11 de julio de 2008
Nosotros y el Origami (I)
Para hacer cualquier tipo de figura a partir de esta técnica, se requiere un pedazo de papel cuadrado, al menos según el "origami clásico". Son varias las personas que han realizado figuras de zunzunes con la técnica del origami. Hoy te mostraremos un video en donde puedes aprender a crear uno de los zunzunes de origami que te tenemos preparado.
Así que busca un pedazo de papel cuadrado, no importa el tamaño, y a ver el video para seguir los pasos y ver qué hermoso queda un zunzún de papel realizado con esta maravillosa y milenaria técnica del origami.
domingo, 6 de julio de 2008
Los zunzunes y la filatelia - Ecuador
Colibrí colilargo mayor (Lesbia victoriae), 1958.
Silfo de King (Aglaiocercus kingi), 1995.
Ermitaño picudo (Phaethornis longirostris), 1996.
Los zunzunes y las artes (III)
Es verdad...
Es verdad. Si la máscara discreta
Oculta su tormento al corazón:
Nadie sabe el abismo que el poeta
En los dinteles de la vida vio.
De verde fue, magnífico y sencillo-
A un suave amor su cuerpo sacudir,
Y tenderse, cruzado pajecillo,
Como en un nido fresco un colibrí.
De verle fue, con férvida elocuencia,
Ruiseñor vocinglero, arrebatar--
Y luego, junto al libro de la ciencia,
¡Perdonar, sonreír, aletear!
Fue la pública fama --su riqueza,
Un martirio celeste su blasón,
Y más que oro brillaba su pureza
A la luz de aquel sol que es más que sol.
Dicen que la malvada baila en fiestas
Y en calma escucha el sueno de Macbeth;
Dicen que rompe al son de las orquestas
Su corona primera de mujer:--
Crece a la par de la gentil doncella
El árbol puro del primer amor:
Pero, sépalo al fin la infame aquella:
La pureza no da más que una flor.
El pobre mozo, los heroicos labios
Pliega, como quien quiere sonreír--
Y en pie, volviendo a sus infolios sabios
¡Adiós! llorando dice al mes de Abril.
sábado, 5 de julio de 2008
Un colibrí y un corazón de mujer
viernes, 4 de julio de 2008
Los zunzunes y las leyendas (I)
Hace muchísimos años, en una de las ciudades mayas cuyo nombre ya se ha olvidado, vivía una vez un halac uinic (jefe) y como no tenía descendencia, su hermano menor, Chirumá, lo reemplazaría algún día. Pero al fin el halac uinic y su esposa tuvieron un día un varón que nació el día 13 del mes, un día de suerte para los mayas pues según ellos, los cielos eran 13.
Cuando nació el niño se vio otra señal; un hermoso colibrí se posó en la rama de un árbol frente a la casa del halac uinic, y no solo era el colibrí más vistoso y más grande que jamás habían visto, sino que nadie recordaba haber visto a un colibrí quieto durante tanto tiempo. El sacerdote dijo que aquello era un buen augurio y dijo: Los dioses han enviado un mensajero para decirnos que este niño será extraordinario, como ese colibrí.
Unos días después se hizo una ceremonia especial para ponerle nombre al niño y el sacerdote dio al jefe y a su esposa una pluma de color rojo vivo que había encontrado bajo la rama donde se posó el colibrí. La madre del niño entonces dijo: Se llamará Kukul, que significa "pluma hermosa". El sacerdote entonces añadió: Esta pluma lo protegerá siempre y cuando la lleve consigo.
Todos estaban alegres en la ceremonia, excepto Chirumá pues con el nacimiento de ese niño, ya él no llegaría a ser halac uinic.
Pasó el tiempo, Kukul creció y se convirtió en un joven apuesto, inteligente, de cabellos negros como el azabache y piel color canela. Aprendió mucho con su padre sobre los astros y también aprendió el arte de la guerra. Llegó el momento en que Kukul debía tomar su puesto entre todos los hombres y como una tribu peleaba contra los suyos, Kukul y Chirumá se fueron a la guerra con todos los demás. Ni una lanza ni una sola flecha de las tantas que volaban alcanzaba a Kukul, y este luchaba valientemente.
Chirumá pensó que seguramente los dioses estaban protegiendo a Kukul. En una ocasión en que una flecha iba directa hacia Chirumá, Kukul se interpuso como escudo entre su tía y la flecha, y esta cayó al suelo sin hacer daño a nadie. Los enemigos huyeron espantados. Chirumá entonces decidió averiguar pues pensó que Kukul tenía algún amuleto.
Cuando esa noche Kukul dormía en su estera Chirumá buscó por todas partes hasta que encontró la larga pluma roja y se la llevó. Cuando Kukul se despertó, notó que faltaba la pluma y ni siquiera podía recordar las palabras del sacerdote cuando él nació. Kukul no lo sabía, pero había perdido el amuleto y por lo tanto, toda la protección que este le brindaba.
El halac uinic pasó a la otra vida y los sacerdotes se reunieron para elegir a un nuevo jefe. Chirumá trató de convencer a uno de ellos que lo apoyara, pero los demás votaron por Kukul, por lo que fue elegido halac uinic. Durante el gobierno de Kukul los pueblos estuvieron en paz y se obtenían muy buenas cosechas gracias a que Kukul, estudiando los astros, les decía a todos cuándo sembrar y cuándo recoger. Todos querían mucho a Kukul, excepto claro está, Chirumá.
Un día, estando Kukul de cacería, se le apareció un extraordinario colibrí, más grande que cualquier otro y revoloteando alrededor de Kukul le dijo estas palabras: Yo soy tu guardián, Kukul, y me toca prevenirte... cuídate porque la muerte te anda rondando... cuídate de un hombre ... de alguien muy allegado a ti. Ten cuidado, Kukul, y desapareció.
Kukul siguió andando por el monte, en un momento oyó un susurro, aprestó su flecha pero no vio nada. Pero unos pasos después ... zzzz... una flecha se le clavó en el pecho. A pesar del dolor, logró sacarse la flecha y fue al río a lavarse la herida. Pero comenzaron a faltarle las fuerzas y el pecho se le puso rojo escarlata, como la sangre. De momento, todo era oscuridad para Kukul y cayó en la yerba verde como la esmeralda donde murió, solo y traicionado.
Fue entonces cuando sucedió algo extraordinario, poco a poco todo su cuerpo se volvió del color de la yerba, excepto el pecho, que quedó rojo escarlata, la piel se le convirtió en plumas y el cabello en una hermosa cresta. Chirumá salió de la espesura, y en ese momento los brazos de Kukul ya se habían transformado en alas, así que todo lo que vio Chirumá fue un pájaro verde resplandesciente con el pecho escarlata y una enorme cola que volaba hacia las alturas.
Todo el pueblo estuvo de duelo por la pérdida de Kukul y días después, eligieron a Chirumá como el nuevo halac uinic, pero como soberano, fue cruel y belicoso. Los enemigos atacaron la ciudad y tomaron prisionero a Chirumá.
Hoy un hermosísimo pájaro verde con pecho escarlata, una enorme cola y una espléndida cresta, se posa en las ramas más altas de las selvas, mirándolo todo, atento al susurro de las hojas. Los antiguos mayas llamaron a este pájaro kukul, hoy lo conocemos como un símbolo de libertad, el quetzal, ave nacional de Guatemala.
Maravillas de la miniaturización
jueves, 3 de julio de 2008
Wangari Maathai y el colibrí africano
Seguramente te resultará extraño que en el título diga "colibrí africano" cuando te he dicho que solo vivimos en el Nuevo Mundo. Comenzaré por decirte que Wangari Maathai es una kenyana que recibió en el año 2004 el Premio Nobel de la Paz por su defensa del medioambiente, fundamentalmente por llevar a cabo su idea del Movimiento del Cinturón Verde, por el cual se lograron sembrar unos 30 millones de árboles.
En el año 2006 en Canadá se celebró una Conferencia Internacional de la Asociación Internacional de Educadores y Wangari Maathai casi al final de su intervención en la apertura del evento, dijo: "Y para finalizar, ahora les contaré la historia del colibrí." Ahora soy yo quien te va a contar esa historia.
El incendio se había esparcido sin tregua. Las llamas convergían hacia los árboles transformándolos de súbito en espigas mortales de humo. Los animales del bosque huían en desbandada, buscando refugio inútilmente en las quebradas y los charcos. Muchos perdían la vida incinerados; otros, favorecidos por la suerte y la astucia, lograban escapar de la catástrofe.
De repente, los animales silvestres observaron que encima de ellos y en dirección contraria volaba un colibrí. "¡Qué raro es ésto!", comentaron. "Nosotros estamos haciendo todo lo posible por escaparnos de este endemoniado incendio y ese diminuto pájaro va en busca de las llamas. ¿Qué le pasa?"
"¡Es un disparate! ¡Está loco!," dijeron unos. "No hay duda: a ese pobre se le han pelado los cables." Pero la realidad era que los animales se sentían frustrados y no sabían qué hacer más que darse a la fuga ante el arrasador avance del incendio.
El colibrí voló hasta la parte del cielo desde donde podía observar el corazón del incendio. Desde esas alturas, el pájaro bajó el pico y cuidadosamente dejó caer una pequeña gota de agua.
El colibrí iba y venía, cada vez dejando caer una gota de agua sobre el incendio. Los animales del bosque, al fin, le preguntaron: "Oye, ¿y tú qué crees que estás haciendo?"
Jadeante, el colibrí, se posó sobre la rama de un árbol y respondió: "Estoy haciendo todo lo que está en mi poder."
¡Qué lección más linda la de este colibrí! A veces creemos que somos muy pequeños y que no podemos hacer nada para solucionar algún problema, pero nunca somos muy pequeños, siempre, haciendo todo lo que está en nuestro poder, aunque nos parezca que no es mucho, es al menos lo suficiente para servir de ejemplo, y si todos y cada uno de nosotros hace ese "poquito", lograremos hacer mucho.
Nosotros, los zunzunes caribeños
Por casi todo el Caribe vive el llamado colibrí caribeño gorgimorado (Eulampis jugularis).
También en esa isla vive el colibrí zumbadorcito (Mellisuga minima) a quien también encontramos en Jamaica. Este pequeñín en realidad es el más cercano a mí en parentesco, somos del mismo género Mellisuga.
En Jamaica además viven el mango jamaicano (Anthracothorax mango) y el ave doctor (Trochilus polytmus), que ya te hemos mencionado.
a la esmeralda portorriqueña (Chlorostilbon maugaues) y
al zumbador pechiazul (Sericotes holosericeus), que también vive en Islas Vírgenes y en las Antillas Menores.
También en las Antillas Menores encontramos al colibrí crestado (Orthorhyncus cristatus), caracterizado por su cresta verde o verde y azul.
mientras que en Granada vive el colibrí pecho canela (Glaucis hirsuta).
martes, 1 de julio de 2008
Los zunzunes y las artes (II)
El colibrí
Se sostiene en el aire
como una nota musical.
El colibrí
picotea la flor del hibisco,
que es como una trompeta
vibrando en si bemol.
A veces, el picaflor
dirige la orquesta
con su pico de batuta
y su frac
de un verde terso,
tornasol.
Entonces, las flores
tocan una sinfonía dulce
y calma.
El viento se detiene a escuchar,
y aplaude mansamente
cuando terminan.
Los nidos, los huevos, los pequeñines ...
La mayoría de los zunzunes son territoriales e incluso persiguen a otras aves hasta sacarlas de lo que consideran su territorio y que es el área donde se alimentan. La hembra entonces visita el territorio del macho y en ese momento éste realiza lo que se conoce como cortejo para tratar de convencer a la hembra que es el mejor macho que hay por todo ese lugar. Si a ella le gusta ese cortejo, pues se unirá a él; si no, va a otro territorio hasta que encuentra al zunzún macho que hace el cortejo que la convence.
Y ¿saben una cosa? La hembra lo hace TODO: construye el nido, incuba los huevos, cuida de los pequeñuelos, los alimenta, mientras el zunzún macho se une a todas las demás hembras que pueda atraer a su territorio. Así que no podemos decir que somos aves románticas, como lo son otras, que se unen de por vida y se ayudan mutuamente.
Las hembras ponen 1 o 2 huevos y los incuban ellas mismas, sentándose encima de éstos para mantenerlos calienticos. Los pequeñuelos salen del cascarón entre 2 y 3 semanas y dejan el nido unas 3 semanas más tarde.
Nuestro amigo inglés
Quincha colilarga o colibrí coludo azul (Aglaiocercus kingi).
Colibrí admirable (Loddigesia mirabilis).