

"Las verdades elementales caben en el ala de un colibrí" José Martí
Pretendo que a través de mí conozcas la mayor cantidad de características que nos diferencian de las demás aves, aunque claro está, compartimos con ellas el hecho de tener el cuerpo cubierto de plumas, de tener dos alas y de volar, como lo hacen la mayoría de ellas (les recuerdo que aves como el avestruz, el pingüino, el kiwi y otras más, no vuelan).
Somos por lo general aves pequeñas, tan es así que el de mayor tamaño de todos nosotros mide tan solo unos 20 centímetros, a quien te presentaré más adelante. Tenemos todos las patas débiles y cortas, pero hacemos algo que otras avez no pueden, y es que podemos sostenernos en el mismo lugar aleteando y además, volar hacia atrás. El rápido movimiento de nuestras alas hace que a veces estas ni se puedan ver y que produzcan un sonido o zumbido. Somos capaces de mover las alas normalmente unas 70 veces por segundo, pero en vuelos nupciales, en que los machostratan de despertar el interés de las hembras, esta velocidad de aleteo en algunos de nosotros puede llegar hasta 200 veces por segundo.
Nuestros picos, largos, nos permiten alimentarnos del néctar de las flores, lo cual nos da la energía suficiente para nuestro estilo de vuelo, pero también comemos algunos insectos. Por cierto, que preferimos las flores de color rojo o naranja brillante. Los machos por lo general tienen la particularidad de tener un plumaje llamativo e iridiscente, brillando mucho con los rayos del sol.
Tenemos el cerebro y el corazón más grandes del reino animal ... en proporción a nuestro tamaño, por supuesto. Nuestro cerebro representa el 4.2% de nuestro peso y el corazón, el 2.5% del peso. Oímos y vemos muy bien, incluso podemos ver hasta la luz ultravioleta, pero no tenemos sentido del olfato. Uno de nosotros, de talla promedio, tiene aproximadamente unas 940 plumas. Nosotros no podríamos integrar coros, como lo hacen otras aves que se conocen por sus bellos cantos, como la fermina, el ruiseñor, el sinsonte y otros; los zunzunes emitimos una especie de chirrido o gorjeo.
Otro dato interesante es que nuestro metabolismo es 100 veces el del mayor animal terrestre que vive hoy en día, el elefante. Necesitamos comer, como promedio, unas 7 veces por hora y durante unos 30-60 segundos. Podemos comer desde la mitad de nuestro peso hasta 8 veces éste en el día y visitamos un promedio de 1,000 flores en el día.
Por lo general las hembras ponen dos huevos... pero de los nidos, los huevos y los polluelos, les contaré más adelante.
¿Qué más te puedo decir en general de nuestra familia? ¡Ah, sí!, resulta que tenemos dos pares más de costillas que el resto de las aves que por lo general tienen solo seis pares (tan solo como aclaración, ustedes, los seres humanos, tienen 12 pares de costillas).
Ya que conoces algunas generalidades de nuestra familia, en las próximas entradas iré hablándote de muchos de nosotros.
Yo, que soy el macho, por encima soy entre azul y verde y por debajo soy gris; mi cabeza, barbilla y garganta son de color rojo o rosado encendido e iridiscente; mi cola, muy corta y redondeada, es azul iridiscente. La zunzuncita es un poco más grande que yo con la espalda verde azulosa y gris por debajo, caracterizándola el blanco en las puntas de las plumas exteriores de la cola.
Nos gusta vivir en los bosques densos, y te diré que hace muchos años casi vivía en todo el territorio, pero ahora se me cataloga de raro y vulnerable. Pueden hallarnos fundamentalmente hoy en la península de Guanahacabibes, en la Sierra de Anafe, en la península de Zapata, en Júcaro y en varias montañas del oriente del país, principalmente en Cuchillas del Toa y la Sierra Cristal.